miércoles, 12 de junio de 2013

Aceitera del Litoral lanza un fideicomiso para productores e inversores  

 Con una tasa que supera la inflación y con el fin de captar fondos para la producción y exportación de harina Hi-pro de soja, la empresa de Bajada Grande propiedad de Tierra Gaucha apela a una herramienta de financiamiento conocida en el campo. Con exportaciones a Malasia, Vietnan y Chile, la recuperación de la gestión de la planta y el ordenamiento de los pasivos, quiere ocupar todo el potencial de la planta y ganar negocios.

Cuando Tierra Gaucha S.A. se hizo cargo en 2008 de la Aceitera del Litoral, la planta ubicada en Bajada Grande de Paraná, el proyecto que comunicaron era sencillo y promisorio: adquirir la producción local de granos, convertirla en aceite y harina con alto agregado de valor y la posibilidad de concretar exportaciones que permitieran el ingreso de divisas. En teoría, una proyecto que permitía ilusionar a trabajadores y autoridades, poniendo una empresa importante de la ciudad en un esquema productivo. 

Sin embargo los precios jugaron en contra y la empresa debió no sólo discontinuar su planta en Paraná sino que también la de Villa Mercedes, San Luis, y la del norte del país, donde producía biodiesel. La empresa se hizo fuerte en Coronel Suárez, cercana a Bahía Blanca, y allí reacomodó la administración de Tierra Gaucha. Para preservar los activos y cuidar los recursos humanos durante dos años se dedicó al fasón (producción para terceros) y cogestionó el gigante junto al río, en Paraná. Ahora, su CEO, Jorge Simmermacher ha decidido tomar el toro por las astas y busca apuntalar el negocio en sociedad con productores e inversores de Paraná, y para eso ha puesto los números en orden –especialmente con los empleados y el Estado, según afirma a EL DIARIO- y lanza un fideicomiso para captar parte de la soja local y el ahorro para estimular su proyecto productivo y que “no se vayan a Rosario sin agregar valor”, advierte. 

El presidente de Tierra Gaucha asegura que se ha complicado el tema de la provisión a los frigoríficos avícolas, ya que las grandes empresas aceiteras, porque “nosotros competimos en calidad”, expresa, y mientras necesitan funcionar con liquidez, a los frigoríficos le ofrecen 60 a 90 días. Por eso, asegura Simmermacher, ha enfocado el negocio en la calidad, con un 47-48 % de proteínas de harina de soja Hi-pro, entregando a importantes clientes locales como a la importación. 

Inversiones.
La empresa decidió abrirse al mercado, y para ello encontró la inquietud de dos productores locales, los hermanos Juan Diego y Sebastián Etchevehere, con quienes empezó a explorar la posibilidad de convocar al grano y al ahorro local a su proyecto y ofrecer una interesante renta –no la dice pero asegura que supera holgadamente a la inflación-. Ahora están ya en la etapa de la constitución del fideicomiso de garantía, y los fiduciarios (administradores del fideicomiso) son los profesionales Matías Raiteri y Rubén Roulier, quienes se encargan del diseño del programa que aspira a captar gran cantidad de fondos y granos para hacer que la rueda gire más rápido.  

“La idea fue generar un fideicomiso que está en implementación y el objetivo es la capitalización con aportes de granos o capital para dar marcha al proyecto. Hoy la planta está moliendo a razón de 200 toneladas por día, que se puso en marcha cuando hicimos una exportación a Vietnam. Esta semana se está cargando una segunda exportación. Salen de Bajada Grande y luego por barcazas desde puertos de Santa Fe. La idea es generar en el futuro una logística propia.  La exportación es de 500 toneladas, ahora 500 toneladas más, y 5.000 mensuales, con un contrato de continuidad, siempre a Vietnam, Malasia y también chile, con pagos inmediatos. En este momento le estábamos mandando harinas Hi-pro a Chile por camión”, expresa el empresario. Además, dice que cada planta está en 6.000 mil toneladas por mes, y esta planta de Paraná tiene los mismos niveles, con un potencial de casi 8 mil toneladas, con una molienda de 13 mil toneladas mensuales. “Nuestro objetivo es llegar a 160 mil toneladas al año, y por eso lanzamos el fideicomiso porque cuando se ve la potencialidad de la planta de Paraná nos atrevemos a pensar en esos volúmenes.  Igual hoy compramos a la Compañía Argentina de Granos nos sigue vendiendo con garantía de continuidad, a otros acopios, y estamos abiertos, pero necesitamos más granos de la producción regional para que ganemos todos”, describe Simmermacher .

Según los profesionales de lo que se trata de es apuntalar con capital local a la agroindustria de la región, y cómo soportar la rotación de productos, Tierra Gaucha y Aceitera del Litoral tiene que generar sinergia en las potencialidades locales. 

Aseguran que los productos no tienen nada que temer, que la herramienta es totalmente transparente y beneficiosa en términos de rentabilidad, y de esa manera los subproductos harina Hi-pro, aceites y otros encontrarán mercados en forma más fluida. 

Una empresa que busca más actividad
Aceitera del Litoral, de Tierra Gaucha, es una empresa que ha llegado a Entre Ríos con la idea de venderle a la industria avícola, pero ha encontrado dificultades financieras. Por eso dicen que invirtieron y salieron de la harina Low-pro (bajas proteínas) a Hi-Pro (altas proteínas) y ha mejorado la calidad de sus negocios pudiendo competir por precios y calidad, pero no es tan fácil. 

“El proyecto se consolidó, se está exportando, hubo mucha inversión, se hicieron clientes, y en 2010 se complicó y 2011 y 2012 hubo una cogestión para hacer proveedores como si fuera fasón, buscando mantener la fuente de trabajo. En 2013 volvemos a desarrollar ventas al puerto de Singapur y en alguna medida los clientes del mercado interno, lo que nos permitió pagar los sueldos, deudas como con Enersa, que habían quedado atrasadas. Tuvimos un apoyo importante del ministro Roberto Shunck y el ministro Guillermo Smaldone.  A mí me parece importante contar que le estamos prestando servicios de compensación a importadores que necesitan exportar. Nuestros productos están homologados por la Secretaría de Comercio Interior y allí también hay una posibilidad para muchos que no encuentran cómo compensar sus importaciones, tan necesarias para sus procesos productivos”, refiere Simmermacher.

Fuente: Gustavo Sánchez Romero / El Diario

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